Nacimiento De la Diocesis
los apostoles
 San Andrés |  Santiago el Mayor | |
 San Juan |  San Felipe |  San Bartolomé |
 San Mateo |  Santo Tomás |  Santiago el Menor |
 San Simón |  San Judas Tadeo |  San Matías (remplazó a Judas Iscariote) |
Se comenzo el nacimoiento con la consagracion del Sacerdote Alonso Alvarez como Obispo Diocesano de la ciudad de Toronto, ON Canada fue ordenado Arsobispo Peter W. Goodris de la iglesia Anglicana y conselebraron el Obispo Ramon Alfonso de la holi Catolica y el Obispo Marin Saavedra.
Estubiro asistiendo sacerdotes, diaconos y subdiaconos de las diferentes iglesias, dela comunida de los 190 fieles que se hicieron presentes en oracion de todos los paises de latino- america.
A SOLO DIOS EL HONOR Y LA GLORIA 
PLAN 72
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La diocesis de San Mateo abre las puertas a los llamados por Dios al ministerio sacerdotal para servir en toronto.
Se inicia el " PLAN 72'", nos llevara a cumplir con el mandato de hacer discipulos y apostoles para que prediquen la nueva nueva.
Los llamados por Dios al ministerio secerdotal deben de ser hombres de una Fe muy profunda y un apostolado de fuego en el espiritu santo.
Deben de ser por su testimonio familiar y pastoral un ejemplo para la comunidad y el mundo.
La oracion profunda lo deben de llevar a realizar el evangelio entre los mas necesitados una realidad de entrega total.
La formacion intelectual debe de ser constante y deacuerdo a la realidad de la cominidad.
Unete al grupo de sacerdotes que desde el matrimonio llevan el mensaje de Jesus aquellos que lo necesitan.
Yo los embio hacer disipulos en mi nombre
Jesus.
El ministerio del servicio
La vida nos consagro para servir a los hombres de buena voluntad y a los inmigrantes de Canada, para aquellos que no tienen unos documentos que los acreditan como residentes de un territorio .
Las fronteras dividen los hombres y el egoismo no deja vivir en paz a las naciones Latino-Americanas, todos unidos triunfaremos en Jesus.
Los derechos es para reclamarlos y exigirlos entre todos en un solo grito y una bandera de America Latina Unida.
Dios bendiga Latino America en lucha por los derechos humanos en base a las sagradas escrituras.
Crear justica social nos acerca al evangelio, ya que el evangelio con hambre no llega es alienacion.
Las instituciones religiosas deben de volver al Cristo pobre y de opcion por los mas marginados, vender todas sus poseciones y repartirlas entre los pobres; dejar el trono y ponersen al servicio de los pobres, sus templos mejestuosos tienen que ser el refugio de los que no tienen casa.
Sus capas de oro lino fino deben de ser el abrigo del que tiene frio.
No creer que hay iglesia que salva, es Jesus el camino y la verdad y hay muchos caminos para llegar a EL.
La sucecion llega por el bautismo no por la manipulacion de la que se hace llamar la iglesia mas poderoza una ,santa y apostolica hay es que demostrarlo "por las obras los conoceran".
A SOLO DIOS EL HONOR Y LA GLORIA
Leonardo Marin Saavedra
ACLARACIO
Dios bendiga los hombres de buen proceder.
NUESTRA IGLESIA NO TIENE QUE VER CON EL SENOR MARIN SAVEEDRA Y ROGER HURTUBISE, DE LOS CUALES NO SE SABE NADA DE ELLOS POR MUCHO TIEMPO Y MENOS EL OBISPO ALONSO ALVAREZ NO TIENE NINGUN VINCULO RELIGIOSO NI DE RELACION PERSONAL CON ESTAS PERSONAS DEL INTERNET. NUESTRA HUMILDE IGLESIA NO RESPONDE POR PROCEDERES Y VINCULOS DE ESTAS PERSONAS Y A LA VES ORA POR SUS VIDAS.
TODAS FOTOS DE ESTA PAGINA ESTAN PROHIBIDAS SUS REPRODUCIONES.
TENGAMOSCUIDADO CON ANTISOCIALES CON DESVIACIONES QUE PUEDAN DANAR LOS GRUPOS EVANGELIZADORES LA SAGRADA BIBLIA NOS HABLA DE LOS FALSOS PROFETAS....
DIOS BENDIGA AMERICA LATINA Y LA CUIDE DE FALSOS PROFETAS.
+ALONSO
SERVIDOR DE JESUS
El primado de Pedro
¿El Primado de Pedro?
Estos son los dos famosos "Textos Petrinos". Hay dos o tres textos más, que con frecuencia se cita para respaldar los ya mencionados, pero la autoridad escrituraria del Papado descansa principalmente sobre estos dos, y sobre el primero especialmente.
La doctrina del Papado fue definida, recién, en el año 1870, en el Concilio Vaticano, y causó que un número importante de Obispos de Europa, no pudiendo suscribirla se separara de Roma con sus Diócesis, formando así la Iglesia Viejo Católica o Vétero Católica, y muchas iglesias católicas nacionales.
Expresada en forma breve la doctrina romanista dice así: “Cristo nombró a San Pedro jefe de la Iglesia al conferirle ciertos poderes especiales, según demuestran los Textos Petrinos. San Pedro fue Obispo de Roma. Sus sucesores en oficio, por virtud de ser elegidos al obispado de Roma, son los que reciben sus poderes especiales, y, al mismo tiempo, son por lo tanto, constituidos divinamente, gobernadores de la Iglesia y Vicarios de Cristo en la tierra. Esta autoridad de carácter único ha sido desde el principio demandada y ejercida siempre por los Obispos de Roma, siendo tal autoridad, esencial para la vida de la Iglesia”.
Muchos volúmenes han sido escritos acerca de los Textos Petrinos, bien para probar o para negar el llamado “Privilegio de Pedro”. Como en el Concilio Vaticano I se iba a discutir la infalibilidad del Papa, el Arzobispo Kenrick, de la Diócesis Católica Romana de San Luis en los Estados Unidos, decidió imprimir sus opiniones acerca de la materia que se debatía, pero en inglés, porque no sabía ni italiano ni latín. Le fue imposible hallar en Roma imprenta dispuesta a imprimirlas. Decidió entonces ir a Nápoles. En el folleto impreso en la imprenta napolitana, el Arzobispo, dice que es importante establecer el "Privilegio de Pedro" desde el punto de vista de las Sagradas Escrituras, ya que el Credo del Papa Pío IV, al que debe adscribirse todo aquel que esté en posesión de un oficio eclesiástico en la Iglesia Romana, claramente especifica que las Escrituras deben ser interpretadas solamente de acuerdo con el asentimiento unánime de los antiguos Doctores y Padres de la Iglesia.
A continuación el Arzobispo procede a demostrar que el primero de estos dos textos ha sido interpretado por los Doctores en cinco formas distintas. De ochenta y cinco Doctores, solamente diecisiete enseñan que la "roca", sobre la cual Cristo funda su Iglesia, quiere decir la persona del Apóstol San Pedro; mientras que sesenta y ocho, explican que la "roca" es la fe expresada por San Pedro cuando dijo: "Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente"(Mateo 16:16). El Arzobispo concluye: "Si tenemos la obligación de seguir en esta cuestión, al mayor número de los Doctores, podemos entonces sentirnos convencidos de que la palabra "petra" no significa San Pedro profesando la fe, sino más bien la fe profesada por San Pedro".
Si Pedro es, él personalmente, la "roca" que va a servir de fundamento y base para edificar la Iglesia, entonces Jesús se equivocó, porque la traición de Pedro al negarlo no puede estimarse como la actitud de una persona firme en la fe como roca.(Mat.16:23;26:33-35; 26:69-75)
Con referencia al segundo texto, éste aparece substancialmente en la misma forma tres veces, en el capítulo último del Evangelio de San Juan. Nuestro Señor repite la pregunta a Pedro: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" Tres veces responde Pedro: "Sí, Señor; Tú sabes que yo te amo". Le dice entonces el Señor: "Apacienta mis corderos", apacienta mis ovejas", "apacienta mis ovejas".
La actual doctrina romana interpreta estos mandatos, como una comisión especial concedida al Apóstol, la cual consiste en ejercer gobierno supremo sobre toda la cristiandad. Pero Doctores tan eminentes como San Ambrosio, San Agustín y San Cirilo de Alejandría, interpretan este texto como una triple restauración de Pedro al rango de Apóstol, cuyo rango había traicionado cuando negó a Cristo tres veces, resultando en una apostasía.
Dice San Cirilo: "Mediante esta triple confesión del bienaventurado Pedro, su pecado, el pecado de triple negación, fue borrado, y las palabras de nuestro Señor: "Apacienta mis ovejas", significan que el apostolado que anteriormente le había sido conferido, fue nuevamente renovado, removiendo la vergüenza posterior a su caída y eliminando de él la cobardía nacida de su debilidad humana".
Es evidente pues, que los “Textos Petrinos” como base Neotestamentaria para el Papado, carecen de firmeza y credibilidad.
Que el Apóstol Pedro haya sido Obispo de Roma, es una teoría basada solamente en la tradición, y por esta causa es y ha sido motivo de sospecha con harta frecuencia. Una tradición igualmente auténtica, es aquella que dice que Pedro fue primero Obispo de Antioquía. Es razonable advertir que estas tradiciones son históricas. Pero si el "Privilegio de Pedro" debía pasar a su sucesor en oficio, es muy razonable decir que Antioquía tenía mejor derecho que Roma.
La diferencia está en que el Patriarca de Roma lo reclamó, y el de Antioquía dejó de hacerlo.
¿INFALIBILIDAD PAPAL?
La Iglesia de Roma sostiene que el Apóstol Pedro fue el primer Papa, nombrado por Cristo mismo para gobernar su Iglesia, y que además, este Papa goza de infalibilidad en materias de fe y moral.
En otro párrafo ya hemos visto en qué consiste el denominado "Privilegio de Pedro" y que seguridad teológica nos puede dar o qué grado de veracidad tiene. Ahora veremos la infalibilidad. Veamos qué dice la historia al respecto.
En cierta ocasión San Pablo dio tal muestra de ignorar cualquier autoridad superior de San Pedro, que le "resistió en la cara" (Gal. 2:11), y fue San Pedro el que se calló.
¿Alguien puede pensar qué pasaría ahora si un Obispo cualquiera le resiste “cara a cara” al Papa? No cabe duda que termina excomulgado.
San Pedro, por el contrario, que no era Papa ni tenía pretensiones de serlo, menos aún, infalibilidad, aceptó humildemente la opinión de San Pablo y cambió su postura respecto a los gentiles.
Con un Pedro, “Papa infalible”, en aquellos tiempos, no existiría la Iglesia Cristiana sino como una Secta Judía, como era la posición de Pedro y los Judaizantes respecto a los gentiles en la Iglesia primitiva.
En el Primer Concilio Apostólico de Jerusalén, fue el Apóstol Santiago, el Jefe de dicha Iglesia, quien presidió y promulgó las decisiones del Concilio (Hechos 15:19), estando presente el Apóstol Pedro, el “Primer Papa”, como dicen los romanistas.
En los Concilios sucesivos de la Iglesia es el Emperador el que preside y promulga sus acuerdos o sus delegados, no el Obispo de Roma ni sus delegados.
Esto es muy importante, y el testimonio así como el relato de San Pablo, generalmente es omitido por la Iglesia de Roma, porque allí queda claramente y de manifiesto, que ni San Pedro pretendió jamás infalibilidad y que era solamente un igual con sus hermanos Apóstoles, ni los Apóstoles creyeron o pensaron tal cosa. Además, asimismo, queda en entredicho la presunta autoridad Papal de San Pedro. Si la hubiera tenido la actitud de San Pablo hubiera sido inaceptable, una vulgar subversión de un inferior en contra de la Autoridad, que según dicen puso el mismo Cristo en su Iglesia.
Dice San Pablo. “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar....”, y para precisar aún más, San Pablo dice que San Pedro ha tomado esa actitud en contra de los gentiles por “orden de los emisarios de Santiago”, Obispo de Jerusalén.
La verdad debe ser dicha en voz alta: SAN PEDRO JAMAS SE LLAMO A SI MISMO O FUE LLAMADO PAPA, O PRETENDIO AUTORIDAD DE DERECHO DIVINO SOBRE SUS HERMANOS APOSTOLES, TAMPOCO JURISDICCION UNIVERSAL Y MENOS REIVINDICO UNA PRETENDIDA INFALIBILIDAD PERSONAL EN LA IGLESIA.
ESCANDALO DE PEDRO: Si el pescador artesanal, que fue el Apóstol Pedro resucitara hoy, y se encontrara con el boato y esplendor de la corte papal, y con las pretensiones que exhibe, creería que estaba otra vez frente a Anás o Caifás o en presencia del Emperador romano.
UN PAPA HEREJE:
La historia del Papa Liberio en el siglo IV es muy decidora respecto a las convicciones de la Iglesia en su tiempo.
Siendo Papa firmó una confesión de fe arriana, que negaba la divinidad de Cristo, lo cual no era otra cosa que herejía, a pesar de la pretendida infalibilidad de los Papas. Sin embargo del error manifiesto y flagrante del Obispo de Roma, la fe de la Iglesia no fue alterada. Los cristianos le despreciaron, y la misma Iglesia Romana cuenta al arrianismo actualmente, en el número de las herejías antiguas y ya superadas y condenadas por un Concilio Ecuménico presidido por el Emperador.
En ese tiempo no existía pretensiones de infalibilidad personal de ningún Obispo, gracias a Dios, sino todos seríamos arrianos ahora por la “infalibilidad” del Papa Liberio.
OTRA HEREJIA DE UN PAPA: Surgió después el curioso caso del Papa Virgilio (539 D. C.), quien al parecer, poseía todas las propiedades de una veleta. Virgilio se vio mezclado en una controversia que giraba alrededor de ciertos escritos llamados "Los Tres Capítulos". El Emperador Justiniano demandó que estos escritos fueran condenados ya que negaban la Trinidad, la Divinidad de Jesucristo y la maternidad divina de María, e insistió en que todos los Obispos firmasen tal condenación. El Papa Virgilio rehusó hacerlo. Fue llamado a Constantinopla y retenido allí como prisionero. Bajo presión, le prometió al Emperador cambiar de idea y firmar el requerido edicto, dando al mismo tiempo, a conocer a los demás Obispos su decisión. El Norte de África, en su indignación, se desbordó en maldiciones sobre él, excomulgándole en un Sínodo local. El Papa Virgilio intentó hacer un compromiso, pero sólo añadió aún más combustible al fuego. Entonces se retractó. Justiniano estaba lleno de indignación por actitudes tan inestables, y apresó de nuevo al Obispo Virgilio, después de haberle hecho jurar por los clavos de la Santa Cruz y por los Evangelios. Pero el Papa continuó actuando en forma poco satisfactoria, y entonces, el Emperador envió un Magistrado y un soldado a apresarle, y a obligarle a que se sometiera a las condiciones acordadas. El Papa Virgilio se refugió en una Iglesia, escondiéndose bajo el Altar. El Magistrado trató de arrastrarle por los pies, por el cabello y por las barbas, pero Virgilio se aferró al Altar, haciéndolo pedazos según tiraban de él, y la indignación popular, ante tal trato a su Obispo, ahuyentó al Magistrado y al soldado. La situación se complicaba por momentos. Virgilio decidió, entonces, que la única forma de darle solución a su problema era mediante un Concilio General, y a petición suya, el Quinto Concilio General fue convocado por el Emperador (553) denominado también como Segundo Concilio de Constantinopla. Entonces rehusó presentarse. El Emperador presentó evidencia escrita que mostraba el acuerdo del Papa de aceptar las demandas del Emperador. El Concilio condenó “Los Tres Capítulos” y sometió al Papa a una disciplina severa. El Papa, al ver que las cosas se le ponían feas, se hizo presente en el Concilio, se sometió a sus decisiones y entregó un documento en que se retractaba de todas sus previas acciones y declaró, que sus vacilaciones anteriores habían sido, en realidad, inspiradas por el mismo diablo.
OTRO PAPA HEREJE: En el siglo VII surgió la controversia acerca del Monotelismo, doctrina que afirmaba que en Cristo existía solo la voluntad divina. Un clérigo de nombre Sergio era el principal campeón de esta doctrina, y estaba fuertemente respaldado por el Papa Honorio I, quien fue tan lejos, como hasta escribir cartas en favor de Sergio y de su doctrina. Un gran furor se levantó, el cual se desarrolló rápida e intensamente. El problema se hizo tan agudo que hubo necesidad de convocar el Sexto Concilio General, denominado por Roma como Tercer Concilio de Constantinopla, para poner punto final a la controversia. El monotelismo fue condenado; pero el asunto no terminó ahí. Todos los que favorecieron tal doctrina fueron anatematizados como herejes, con mención especial de Honorio, acerca de quien el Concilio dijo que "en todas las cosas había seguido las opiniones de Sergio y había aprobado sus doctrinas impías".
Roma también ha aceptado formalmente los decretos de este Sexto Concilio General y por lo tanto ha aceptado que este Papa, Honorio I es un hereje.
Por mucho tiempo después de esto, todo Papa, al hacer su juramento como tal, estaba obligado a confesar que Honorio I, su predecesor, había sido un hereje, y, que por dicha razón, era anatematizado.
¿Dónde queda la infalibilidad Papal?
Estos ejemplos nos cuentan la historia de la opinión que la Iglesia tenía durante los primeros siglos respecto al Obispo de Roma.
NUESTRA SUCESION
La Iglesia visible de Cristo es una congregación de hombres fieles, en donde se predica la pura palabra de Dios, y se administra debidamente los sacramentos |
| ¿Cuándo Llegó la fe cristiana a Gran Bretaña? Nadie parece estar seguro. Los historiadores ingleses tienen diferentes teorías. Me quedo con aquella que sostiene que San Pablo fue el primero que predicó el Evangelio a los habitantes de esas Islas. La cuestión es que desde los primero siglos del cristianismo se encuentra Obispos Británicos, como por ejemplo, en el año 314 d.c. los obispos de York, Londres y Lincoln asistieron, con plenos derechos, al Concilio de Arlés, celebrado en esa ciudad de Galia, que reunió a toda la Iglesia de Occidente. Así, desde los primeros tiempos, se mantiene una sucesión ininterrumpida de Obispos hasta nuestros días, conservando incólume a través de los siglos la “Sucesión Apostólica”, es decir, además de la imposición de manos con que se consagra a los obispos, la plena y verdadera fe de los Apóstoles de Jesucristo, transmitida de generación en generación, guardando “el Depósito de la Fe”, según ha sido recibido de obispo en obispo, por medio de la Tradición escrita y oral. No basta, pues, que alguien diga o proclame que él mantiene la fe apostólica verdadera, para tener “Sucesión Apostólica”, es necesario e imprescindible que su ordenación o consagración, en su caso, provenga de un Obispo que a su vez, ha sido consagrado por otro obispo que mantiene y proclama la fe verdadera, en comunión con otros obispos, y transmita, a través de la imposición de manos el Depósito de la Fe que él ha recibido de sus antecesores, que a su vez lo han recibido de otros obispos fieles, hasta entroncar con los Apóstoles de Jesucristo a través de alguna línea de sucesión. NUESTROS OBISPOS, son tales, porque son verdaderos Sucesores de los Apóstoles a través de una línea ininterrumpida, que entronca con la Iglesia Católica Indivisa y que además ha enriquecido su linaje apostólico, en los últimos siglos, con el proveniente de Obispos Ortodoxos y Viejos Católicos. Incluso, durante los difíciles años del siglo XVI y el predominio político de los protestantes en Inglaterra, la nefasta influencia de Calvino, Bucero, Knox y otros extremistas, Dios se aseguró que siempre hubiera Obispos que conservaran la “Sucesión Apostólica”, en medio de las persecuciones de los protestantes más fanáticos, o la persecución de los católico-romanos con la Reina María “La Sanguinaria” en contra los anglicanos. El Arzobispo Crammer y los Obispos Latimer y Ridley, junto a otros Obispos, sacerdotes y laicos, mártires de la fe, fueron su principal cosecha nefasta, no porque negaran la fe católica, sino al revés, porque ellos defendía la verdadera fe católica recibida de sus padres, de las invenciones y corrupciones de Roma, como las indulgencias, el limbo, el purgatorio, la supremacía Papal, etc,.. La providencial subida al trono de Isabel I salvó la situación y salvó al anglicanismo, con su genio particular, para las generaciones venideras. Así, desde los primeros tiempos del cristianismo podemos reconocer en las Islas Británicas una Iglesia Católica organizada, con su jerarquía de Obispos y Presbíteros, pero sin ninguna sujeción al obispo de Roma o a ningún obispo extranjero, ya que cada iglesia local era independiente. Ellos tenían plena comunión con los demás obispos, es así que al parecer tenían una liturgia común, celebraban las fiestas del calendario cristiano en fecha comunes, tradiciones y costumbres comunes. Sus sacerdotes y obispos se casaban, salvo los monjes y monjas, por cierto. Hasta el siglo VII la Iglesia Católica Británica fue independiente de toda autoridad externa. En el siglo XVI la Iglesia Católica de Inglaterra, su heredera, recuperó su independencia hasta hoy. |
LA IGLESIA CATOLICA ORIGINAL EN LAS ISLAS
La Iglesia de Gran Bretaña era un hecho cierto y aceptado por los cristianos de la época apostólica y sub apostólica.En el Concilio de Arlés, en el 314 d.c, siglo IV, en la Galia, tuvieron participación con plenos derechos los Obispos de Londres, York y Lincoln.
En el 407 d.c., la última de las legiones romanas se retiró de Gran Bretaña, para volver a Roma a defenderla de las invasiones. La Isla quedó así a merced de todos los bárbaros.
La Iglesia Católica Británica era, lo que hoy día se diría, una “Iglesia Nacional” de los celtas, aunque esa afirmación es un anacronismo, porque ellos no tenían ese concepto. Ellos eran simplemente la Iglesia de Cristo en esa región del mundo.
Las Islas eran asoladas por continuas invasiones de Sajones, Anglos y Jutes, que avanzaban hacia el Centro de Bretaña. Todos eran paganos, de gran ferocidad y costumbres horribles. Donde se establecían arrasaban con el cristianismo. Los británicos, incapaces de resistir fueron exterminados, hombres, mujeres, niños y ancianos, por cientos por los bárbaros. Los sobrevivientes, forzados a huir, encontraron refugio en las montañas y bosques de Gales y Devonshire, donde los paganos no llegaban. Aquí en estas regiones del Oeste se instaló el remanente cristiano y en el 586 d.c. los Obispos Theonas de Londres y Thadiocus de York, lograron reunir a sus compatriotas fugitivos en sus refugios en el Oeste. Otros habían huido al Noroeste, algunos a Cornwall, otros a Escocia y a Irlanda. Algunos obispos y sacerdotes fueron obligados a huir; otros capturados, fueron asesinados y los que sobrevivieron fueron reducidos a la esclavitud.
Con el tiempo, los cristianos británicos lograron regresar a esta tierra, que ahora se conocía como “England”, Inglaterra. Entre estos misioneros se destaca el Abad San Columbano quien fundó un famoso Monasterio, y junto con sus monjes evangelizó la mayor parte de Escocia y el reino del extremo norte de Northumbría.
El anglicanismo, la Iglesia Católica de Inglaterra, rechaza en el Artículo XIX la doctrina de Calvino y de los protestantes, de que la Iglesia es invisible, por ser contraria a las escrituras, a la historia, a la Tradición y a la razón.
Por eso, cuando en el anglicanismo, hablamos de “La Iglesia”, nos referimos a la Iglesia Católica de Cristo, congregación de fieles donde se predica la pura Palabra de Dios y se administra los sacramentos; que tiene sus autoridades, sus reglas y sus miembros (Filip.3:3; 1 Cor. 5:12-13; Hech.5: 13:6:2; 1 Cor.7:17; Hech.15:28; 1Tim.1:20). Así, la Iglesia que fundó Jesucristo (Mat. 16:18), no es “la compañía de los elegidos cuyos nombres les son conocidos sólo a Dios”, ni tampoco es “la suma de todos los que aman a Jesús”, según los protestantes, porque si así fuera San Pablo no podría haberla comparado con un Cuerpo. El cuerpo es un organismo vivo y visible, cuyos miembros están bien unidos y trabados unos a otros y todos sujetos a la cabeza, desde los tiempos apostólicos la Iglesia Católica, en la que creemos, ha sido concebida de esta manera por Dios mismo, y no como la mera yuxtaposición de personas que creen en Jesús, sin concierto ni unión (1 Cor.5:12-13 ; 1 Juan 2:19 ).
Tampoco es aceptable, por antibíblico, el concepto de la Iglesia como una sociedad contractual, formada por el “acuerdo voluntario” de todos los que se reconocen como poseedores del Espíritu Santo y sus dones.
La Iglesia es una sociedad orgánica no contractual, formada por todos los elegidos por Dios al privilegio del bautismo, regenerados y renacidos por el agua y el Espíritu Santo. Esto es tan así, que el hecho de apostatar de la fe o salirse de la Iglesia no puede borrar el efecto del bautismo que es una marca indeleble.
A la Iglesia no se ingresa como quien lo hace a un club deportivo o social, porque se precisa llenar un requisito que, en el fondo, no depende de nuestra voluntad sino del don de Dios que es la fe (Hech.2:47).
El vínculo de unión entre los miembros y la Iglesia no es un acuerdo de voluntades contractual o convencional sino el “nuevo nacimiento”. Se renace a la Iglesia, como en la vida física se nace a una familia, que también es una sociedad orgánica, no contractual ni voluntaria.
Pero la Iglesia Católica fundada por Cristo, no solamente es una sociedad visible, universal, jerárquica y orgánica, sino que es la ÚNICA que reúne estas características en la sociedad humana, porque es la única convocación de Dios a los hombres, que se encuentra unida a Él por un pacto, redimida por la muerte y resurrección del Verbo de Dios encarnado y dirigida por el Espíritu Santo.
Por tanto hay y puede haber solamente una sociedad de esta clase. San Pablo compara, la relación de ella con Cristo a un matrimonio (Efes.5:29) y el Apocalipsis le llama la "Esposa del Cordero” (19:7).
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El ‘Vía Crucis’ para construir una Iglesia en Canadá
¿Quétan fácil es construir una iglesia en Canadá? ¿Hay feligresessuficientes para todas las denominaciones religiosas? Los sacerdotes ypastores que ya están bien establecidos con sus congregaciones, ¿leayudan a quienes están iniciando la tarea? "Diario El Popular" conocióla historia de un sacerdote joven y una iglesia nueva, cuyaconstrucción recuerda a los tiempos de los primeros cristianos en elmundo.
Por Oscar Vigil
ovigil@sympatico.ca
TORONTO.En términos administrativos es sumamente fácil: basta con tener la ideaclara, escoger un nombre y pagar 155 dólares con 45 centavos. Con estoselementos se puede crear una Iglesia que operará como una entidad sinfines de lucro, la cual estará habilitada para oficiar serviciosreligiosos y realizar prácticamente cualquiera de las actividades quehace un centro comunitario de la ciudad.
Reunir a un buen grupo defeligreses tampoco es tan complicado, sobre todo si se tienecredibilidad, carisma y por supuesto una buena red de contactos… Aunqueel acceso a veces gratis a los medios de comunicación bien puedesustituir todo lo anterior.
El problema para construir una iglesia en la comunidad hispana residente en Torontoestá, no obstante, en aspectos más prácticos que bien se podríanreducir en una palabra: el templo, es decir el local, que es lo quecomúnmente se conoce como la Iglesia, que servirá para congregar a lagente.
Alonso Álvarez, un sacerdote colombiano ordenado por laIglesia Católica y que hoy es Obispo de la Iglesia AnglicanaLatinoamericana, conoce muy bien la experiencia de construir, desdecero, una iglesia en Canadá.
El ha experimentado en carne propiaeste camino que se le ha convertido en un verdadero viacrucis, en elque no han faltado los judas, los latigazos y las caídas. Aunquetampoco han faltado también los buenos samaritanos, asegura.
Conestudios de filosofía y teología en el seminario Javeriano de Medellín,abandonó el sacerdocio católico romano para engrosar las filas de laiglesia episcopal en su país de origen. Se casó, y tiempo después, tuvoque abandonar su natal Colombia para radicarse temporalmente en los Estados Unidos, donde compartió en la Diócesis de Dallas, antes de afincarse definitivamente en Toronto.
Una vez en esta ciudad, trata de hacer lo que sabe hacer: predicar.
Primera reflexión: la entrada a Toronto
“Lleguéa Canadá como cualquier emigrante, sin el apoyo de ninguna estructurasocial, política, religiosa ni económica. Pedimos nuestro asiloindividualmente y empecé a tocar las puertas de diferentes iglesias.Como soy casado, busqué la línea anglicana”, asegura.
Yaparentemente sus plegarias fueron escuchadas por el Creador, dado queluego de ser rechazado por dos iglesias de esta denominación que leaseguraron que no contaban con recursos económicos suficientes paraapoyarlo, a pesar de que él lo que buscaba era servicio no remunerado,aparentemente sí se le abrió otra puerta: la de una iglesia anglicanahispana ubicada en la zona de Dufferin y Lawrence.
“Llegué a estaiglesia, me reuní con la comunidad, me presenté al sacerdote anglicanoencargado de la iglesia, le di mi hoja de vida y me dio la bienvenida.Me dio la oportunidad de participar en ciertas cositas pequeñas dentrode la comunidad, pero no tuve el espacio suficiente para trabajar.Sacamos ciertas citas con el Obispo, pero nunca las pudimos realizarporque nunca tuvo tiempo para mí, y como ministro, como sacerdoteordenado, nunca me pude involucrar dentro de la iglesia”, asegura.
ElPadre Alonso, como lo conocen sus feligreses, lamenta que en estaiglesia anglicana hispana no tuvo el suficiente apoyo ni el suficienteespacio debido a que el presbítero del lugar aparentemente no queríaapoyarlo, y por tanto nunca le presentó oficialmente al Obispo, quienera la persona que podía incorporarlo a la Iglesia Anglicana de Canadá.
Pero no se dio por vencido y recibió esta dura experiencia como unreto, decidiendo buscar mejores derroteros. Así, tiempo después,conoció a los líderes religiosos de la Iglesia AnglicanaLatinoamericana, con quienes emprendió la siguiente parte de su camino.
Segunda reflexión: la presentación en el templo
Enesta iglesia fue ordenado Obispo, con la misión de hacer crecer la greyy liderarla en el cumplimento de los preceptos cristianos, lo cual noha resultado del todo fácil dado que la nueva unción no llegóacompañada de infraestructura.
“Fui consagrado Obispo hace seismeses, y ser Obispo marca en la mentalidad de la gente dinero, poder,estructuras económicas, sociales, y no es así. Esta es una misión queempieza, pero mucha gente tiene esa mentalidad y por tanto venían conesa mentalidad. Ahora, unos siguen, otros se han retirado, otros siguenretiraditos pero apoyando el proyecto desde lejos. Todo parece indicarque hasta que no consiga una estructura grande, un templo como iglesia,que albergue la mentalidad de la gente, el crecimiento no será tanrápido”, asegura este religioso, quien está casado y es padre de unhijo adolescente.
Tercera reflexión: con la cruz a cuestas
Pero, ¿Qué tan difícil es encontrar un templo en el cual pueda funcionar una iglesia hispana enToronto?,se le preguntó al Padre Alonso, quien explicó que “es triste que todostengamos el mismo Dios, el mismo Cristo, pero una diferente laproyección de Dios… y cuando pensamos en el dinero, en el poder y enaparecer, ahí están las diferencias”.
“Yo toqué las puertas de 47iglesias, hablé con los pastores, con los ministros, y todos plantearoncosas diferentes, sus propios intereses, los cuales respeto, peroalgunos nos los comparto”, asegura. Y agrega que algunas iglesias lepedían una renta muy alta, otras le pedían que se integrara con ellos yque cortaran los dogmas que ellos tenían.
“Otras corrientes mecerraron la puerta después de que me las habían abierto porque ellostenían vínculos con cierto medio de comunicación, y al parecer a ellosno les convenía que me tuvieran ahí porque de pronto les podrían quitarsu programa en el medio de comunicación”, explica el Padre Alonso, alreconocer que su paso por la Iglesia anglicana en la zona de Dufferin yLawrence no fue del todo feliz.
“Estoen sí es triste, que pudiendo ayudar no ayudaron por intereses ajenos alo religioso, sino por intereses sociales y estrategias de iglesiasamigas”, asegura.
Cuarta reflexión: junto a Dimas y Gestas
Elreligioso, quien apunta que en su peregrinar ha tocado las puertas delas iglesias Adventista, Luterana, Católica Romana, Anglicana,Presbiteriana y de diversas comunidades evangélicas independientes,asegura que el problema en todo este proceso de construcción de unaiglesia, el cual ha desarrollado durante más de un año en Toronto, radica realmente en que muchas iglesias ven esta construcción eclesial como una competencia.
“Unacomunidad protestante exige el 10 por ciento de los ingresos, otrasiglesias de otras instituciones tradicionalistas ven menos número defeligreses… hay dificultades por celos, por dogmas, y pareciera que loque realmente se vive en Canadá es el comercio de la fe”, asegura.
Yagrega: “Es lamentable tener una iglesia para hacer fiestas lossábados, para vender los productos latinoamericanos, para embriagarse ydespués el domingo hacer una misita. La iglesia es la gente, no son losedificios, ni los medio de comunicación, ni los centros comunitarios,esa no es la iglesia, esa es una plataforma para poder reunir gente ysacarle el mejor provecho económico”, asegura.
Quinta reflexión: la tierra prometida
Eneste sentido, el sacerdote, quien actualmente trabaja a tiempo completoen una empresa panadera y a la vez estudia para afinar el manejo delidioma, asegura que su iglesia, la iglesia anglicana latinoamericanaque pregona, la está construyendo en su casa, junto a la comunidad quele apoya.
“En estos momentos hacemos los oficios en mi casa,porque Dios está en cada persona, todos los lugares son santos. Cristonunca tuvo iglesia, formó una comunidad de amigos con una iglesiareformada judía”, asegura.
Ysus palabras son apoyadas por los feligreses que, domingo a domingo, sereúnen más cerca del cielo, en el piso 16 de un edificio ubicado en lazona de Dixon e Islington,para celebrar la palabra de Dios. “La celebración de la misa puede seren el monte, en un rascacielos, en una iglesia o donde sea, porqueiglesia somos nosotros, el templo es otra cosa”, dijo Julio César Mena,de origen salvadoreño, quien asiste con regularidad a los serviciosreligiosos del Padre Alonso.
Mena, en compañía de su hija Sonia yde su yerno Saúl, acotó que “donde quiera que se reúnan tres, ahí estoyyo dijo. Jesús”, y agregó que él se siente muy cómodo en el temploimprovisado de la Iglesia Anglicana Latinoamericana: “Me siento igualcomo que si fuera un templo, porque la iglesia no va a ir a mi casasino que yo tengo que ir donde hay una reunión de hermanos y de unsacerdote. Lo importante es la reunión de todos los compañeros ycompañeras, y el sacerdote por supuesto”, aseguró.
Igualposición adoptó Héctor Jaramillo, un colombiano que desde que iniciaronlas celebraciones en casa del Padre Alfonso no ha faltado a ningunajunto con su esposa, y quien dijo que se siente muy cómodo en el lugar.“Como que nos sentimos más unidos entre todos, hay más camaradería,pero día a día esperamos que la gente tome conciencia y venga y nosacompañe. Yo nunca he faltado ni pienso faltar”, aseguró.
“Unavez fuimos a hablar con el pastor de una iglesia. Nosotros llegamoscomo quince personas a su servicio religioso, y ahí solo estaba elpastor y un feligrés, pero no nos prestaron ese templo”, ilustró elPadre Alonso Álvarez para explicar las dificultades que ha tenido paraconstruir una iglesia en este país.
“Para mí, me parecerico que sea en el hogar de ellos, es como más acogedor, pero tambiéncreo que se necesita un lugar donde se pueda reunir más gente pararecibir la palabra de Dios”, asegura Teresa Cantillo, quien asistetodos los domingos a la celebración litúrgica en el apartamento 1616del edificio 311 de Dixon Rd.
Sea romurado que le voy a pedir perdon al señor Estudillo, esto escompletamente falso y reprochamos estos comentarios que perjudican elproyecto que nace. No tengo porque pedir perdon a este .
Si nos pueden ayudar a difundir este mewnsajeseria de gran ayuda para la comunidad.
Alonso
servidoe en Cristo
PROMOCION VOCACIONAL
El servicio a los hermanos mas necesitado espiritual y economiamente es el llamado que nos hace jesus, Llamado a todos los hombres de buena voluntad que quieran seguir a Cristo en el ministerio.
La mision es de todos y para todos
No es necesario desde un ministerio ordenado Obispo, sacerdote o diacono se puede desde cualquir pocision que se tenga es solo escuchar el llamado de Dios al sevicio de los demas es niestra mision, lo pude hacer una madre de familia, el padres de familia, ingeniero, arquitecto, labrador, artesano, constructor, albañil, medico en fin cualquiera que sea su labor desde esta sirva.
Se cree que la propagacion del evangelio y el trabajo misionero es de los sacerdotes o pastores, NO, la evangelizacion no es de un grupo pequeño, Dios le llama ya espesificamente en este momento .
DIOS TE LLAMA HOY
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Obispo Alonso Alvarez
sevidor en Cristo
iglesia anglicana en canada
- Bishop Peter Goodrich de la igesia Anglicana de canada. Aconpañado del presbitero david.
Obispo Canadiencie apoyando el trabajo misionero del Obispo Alonso Alvarez con el cual celebra dos veces al mes santa misa en la ciudad de Ock ville en la iglesia de San Columbus con la comunidad Canadience y lo asiste en las santas misas de Toronto en las labores pastorales en las carceles y hospitales, trabajo social con los emigrantes Latino Americanos en Canada, visitas a las casas, cursos biblicos y en consegeria familiar.
"La mies es mucha y los obreros pocos"
" Esperamos que la labor misionera en Canada de sus frutos y que la comunidad hispana sea la sangre nueva en Cristo para nuestra iglesia y se pueda estender a Latino America nuestro proyectos y ministerio de evangelizacion."
+Peter
Iglesia Anglicana de Canada
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Bishop Boniface
- Bishop Boniface de la iglesia antigua Catolica Romana en Canada
La AMISTAD con la iglesia Old Church Catholic Roman, nos pone en un estado priviligiado dentro del ecumenismo y la verdadera disposicion de compartir nuestra Fe.
El Obispo Boniface haciendo su labor misionera en Canada, apoyando la labor de evangelizacion con los hispanos en Canada y Latino America.
En Canada Toronto son ya dos congregaciones de Hispanos desde su apoyon incondicional, esperamos que llegen a nuestra iglesia mas fieles y vocaciones para seguir llevando el mensaje de Jesus a los hermanos Hispanos en Canada y el mundo.
A SOLO DIOS EL HONOR Y LA GLORIA
+A lonso
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EL SACERDOCIO Y EL MATRIMONIO
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Familia del obispo Alonso. Luz Dary Osorio ( su esposa ) y Juan David ( Hijo y servidor del altar )
El celibato sacerdotal, dentro de la Iglesia Católico Romana, siempre ha sido un tema candente. Más aún en los últimos años. La verdad es que durante la mayor parte de la historia de la Iglesia los eclesiásticos pudieron casarse y la inmensa mayoría así lo hizo.
¿Por qué este asunto ha sido tan discutido y prohibido?
Jesús no le dio tanta importancia. Sus discípulos estaban casados. El mismo Papa Juan Pablo II reconoció que Jesús no promulgó una ley que prohibiera a sus discípulos casarse. San Pablo menciona el matrimonio como un derecho natural. En la Carta a los Corintios dice: “¿Por ventura no tenemos derecho a comer y beber? ¿No tenemos derecho a hacernos acompañar de una esposa cristiana como los demás Apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas? “ (1Cor 9:4-5). La misma doctrina se encuentra en sus Cartas a Tito (Tit 1,6) y a Timoteo (1 Tim 3) en las cuales insta a los sacerdotes a que sean fieles a sus mujeres.
A medida que la incipiente religión cristiana crecía y era atacada por pensadores de otras religiones, se vio obligada a defenderse con argumentos filosóficos. Para explicar, de alguna manera convincente, la existencia del mal en el mundo, existían doctrinas dualistas que afirmaban que hubo dos principios eternos creadores, uno positivo del que procede lo bueno, el espíritu, la luz, y otro negativo del que procede lo malo, la carne, la tierra, las tinieblas. Así podemos recordar el dualismo de los maniqueos, de los pelagianos, de los cátaros. La Iglesia rechazó esas doctrinas, pero se contaminó de algunas de las enseñanzas combatidas.
La idea de que el cuerpo es una cárcel para el alma, metáfora original de Platón, también ha sido muy usada por escritores cristianos. Si lo material procede de un principio malo, cada vez que se multiplica lo material se multiplica el mal y el pecado. El ser humano reproduce lo material a través del sexo, por ello, según estas interpretaciones, el sexo es malo. Algunos santos fueron víctimas de estas doctrinas y condenaron injustamente a la mujer y al sexo.
Se podrían aducir muchas citas. Sirvan de ejemplo las siguientes. Tertuliano escribió que: "La maldición que Dios pronunció sobre tu sexo (el de la mujer) todavía pesa en el mundo. Tú eres la puerta del diablo".
San Agustín exclamó de las mujeres cristianas: "¡Cuán sórdido, inmundo, y horrible es el abrazo de una mujer!".
Y san Juan Eudes llegó a decir que era una humillación para todas las mujeres el embarazo con niño, ya que éste (el niño, aludiendo a la doctrina del pecado original) era “¡enemigo de Dios y santuario del demonio!"
Para el teólogo, sacerdote de la Orden de Predicadores, Edward Schilebeeckx y otros autores católicos romanos se trata de una práctica de "pureza ritual" basada en el Levítico, que exigía abstinencia sexual, por lo menos un día antes de un servicio ritual.
Según Schilebeeckx, de esto es de lo que se trató durante los primeros diez siglos, no de una ley de celibato, sino de una ley de abstinencia o continencia sexual antes de celebrar la Eucaristía.
No es de extrañar, pues, que lo relacionado con el sexo, por las razones apuntadas, tuviera connotaciones negativas y siempre hubiera alguien que tratara de impedir que el sacerdote se casara. A pesar de ello, los clérigos se casaron a lo largo de los siglos.
En el siglo XI, cuando el Papa Gregorio VII (1073-85) quiso imponer el celibato a los sacerdotes, tan arraigada estaba la práctica del matrimonio, que los sacerdotes bramaron de coraje contra el Papa acusándolo de hereje, pues iba claramente contra las palabras del Señor: "No todos son capaces de ello" (Mt 19,11) y contra las del Apóstol: "Mejor es casarse que abrasarse" (1Cor. 7,9).
En el siglo XIII, el celibato trató de imponerse con más rigor, con un éxito relativo. Esta doctrina que se trataba de imponer por la fuerza era degradante no sólo en relación al matrimonio sacerdotal, sino a la relación sexual en todos los matrimonios cristianos, pretendiendo prohibir el acto sexual entre cónyuges excepto cuando la intención era tener hijos. Y en todo tiempo se hacía, por parte de las más altas autoridades de la Iglesia especial énfasis en la Virginidad de María, y de las consagradas al Señor, y la castidad y celibato en general. Siempre los grandes héroes de la Iglesia fueron vírgenes fueran hombres o mujeres, haciéndose gran énfasis en esta característica de los santos.
Estos Papas fueron hijos de sacerdotes: Sixto I, Dámaso I, Bonifacio I, Sixto III, Félix III, Agapito I, Marino, Juan XV. Papas que fueron hijos de obispos: Teodoro I, Bonifacio VI. El hijo del Papa Anastasio I fue a su vez Papa con el nombre de Inocencio I. El Papa Juan XI fue hijo ilegítimo del Papa Sergio III. Adrián II (867-72) fue el último Papa casado.
Otros Papas posteriores, aunque no estuvieron casados, tampoco fueron célibes tuvieron mujer e hijos: Benito V, Juan X y Juan XII, Benito VII y IX, Alejandro VI, Julio II, Pablo III, Julio III, Gregorio XIII y Gregorio XV, Urbano VIII, Inocencio X, Alejando VII, los últimos doce pertenecientes a los siglos XVI y XVII. ( “ Rome has Spoken” editado por Maureen Fiedler y Linda Rabben en los E.E. U.U.).
El pueblo, ya sea por mala información o por ignorancia o incomprensión, a veces se escandaliza y pierde la fe en el sacerdocio y en la Iglesia.
La Iglesia Católica Anglicana, igual que otras confesiones cristianas, ha permitido el matrimonio sacerdotal como algo normal y santo, según los dictados del Creador. Debemos ver el sexo no como algo diabólico, sino como un regalo divino ofrecido al ser humano para que hombre y mujer se amen como Dios quiere.
Restauracion de la iglesia en Inglaterra
RESTAURACION CATOLICA EN INGLATERRA
El Bienaventurado Arzobispo de Canterbury Tomás Crammer (1469-1556), fue el líder más destacado de la reforma de la Iglesia de Inglaterra, a quien muchos anglicanos consideramos como santo, ya que además murió mártir de la fe, en la persecución de la Reina María Tudor, apodada “la Sanguinaria”.
La reforma efectuada en Inglaterra fue moderada. Mantuvo la fe Católica contenida en la Biblia, los Credos, la Tradición y la doctrina de los primeros Concilios Ecuménicos. Restauró la supremacía de las Sagradas Escrituras en cuestiones de doctrina y conducta, e instó a los fieles a leer la Biblia en lengua vernácula. Restauró la práctica Católica de celebrar la liturgia en una lengua comprensible por el pueblo.
El Papa Alejandro VII en 1667 prohibió, bajo pena de excomunión, la traducción del misal; la misa se celebró en latín en la Iglesia Católica Romana hasta los años 60 del siglo XX.
La Iglesia de Inglaterra restauró el orden católico de ofrecer a los laicos la comunión bajo las dos especies. Alentó a los fieles a comulgar con frecuencia. Se retuvo el triple Orden del ministerio, obispos, presbíteros y diáconos. Conservó la sucesión de los Obispos desde los tiempos apostólicos. Se mantuvo el orden litúrgico del año cristiano. Se rechazó la presunción de supremacía del Papa, tal como se había desarrollado desde los días de Gregorio VII. Se rechazó las ideas medievales sobre el purgatorio, las indulgencias y los méritos de los santos. Se recuperó la doctrina enseñada por San Pablo respecto a la salvación como don gratuito de Dios en Jesucristo.
En este sentido, el espíritu anglicano es genuinamente Católico. Más aún, podría decirse que el espíritu Católico del anglicanismo es el más genuino, por las características de tolerancia, comprehensividad y apertura peculiares de la Comunión Anglicana, en oposición a todo dogmatismo intolerante como el que produjo la Inquisición Católica Romana o la quema de “herejes” por Calvino en Ginebra.
La Iglesia de Inglaterra, desde un principio, se esforzó por conservar la doctrina, la fe, los sacramentos, en especial el Orden Sacerdotal y la Eucaristía, la liturgia y todo el orden Católico que siempre la había definido.
Así la Reina Isabel de Inglaterra podía escribir en 1563 al archiduque Fernando, hermano de Carlos V y representante de él en Alemania:
"Nos y nuestros súbditos, alabado sea Dios, no seguimos ninguna religión nueva o extranjera, sino aquella que Cristo manda, que la Iglesia primitiva y Católica afirma, la cual los santos Padres aprueban unánimemente".
DIFERENCIAS ENTRE LA REFORMA PROTESTANTE Y LA REFORMA DE LA IGLESIA CATOLICA INGLESA.
Primera: La Reforma Protestante del siglo XVI comenzó cambiando totalmente la doctrina cristiana, y luego fue organizando iglesias, eliminando el ministerio ordenado de obispos, presbíteros y diáconos y creando otra clase de ministros, llamados “Pastores”, y el gobierno de ellas. Estos ya no serían ministros de la Palabra y los Sacramentos, si no solamente Ministros de la Palabra.
- La reforma en la Iglesia inglesa comenzó desconociendo la pretendida autoridad universal del Papa, y luego purificó la doctrina de las supersticiones y errores adicionados en la Edad Media, conservando la plenitud de la fe católica y apostólica y su continuidad con la Iglesia primitiva de Cristo.
Segunda: La Reforma Protestante esgrimió solo las Escrituras como medida de la fe, interpretadas arbitrariamente por cada Reformador, rechazando la Tradición, la enseñanza de los Padres apostólicos, los Credos y los Concilios Ecuménicos.
-La reforma en la Iglesia inglesa apeló a las Sagradas Escrituras, pero interpretadas a la luz de la sabiduría que venía desde la Iglesia primitiva, esto es, a la Tradición, la enseñanza de los Padres apostólicos, los Credos y los Concilios Ecuménicos.
Tercera: La Reforma Protestante fue en sus inicios un movimiento religioso popular, iniciado por Iluminados que con fervor y pasión movieron al pueblo ignorante en la dirección que ellos pensaban que era la voluntad de Dios, al que después plegaron los Señores.
- La reforma de la Iglesia inglesa fue en sus orígenes un acto político de la Corona al que después se plegó la Iglesia y el pueblo.
Cuarta: La Reforma Protestante rechazó la “sucesión apostólica”, o a lo menos cambió el concepto, sosteniendo que esto se refiere exclusivamente a quien predica la “verdadera” doctrina, sin importar su conexión con el pasado ni con la Iglesia apostólica.
- La reforma de la Iglesia inglesa conservó escrupulosamente la “sucesión apostólica”, es decir el que sus obispos, a través de las generaciones, pueden rastrear su linaje desde los Apóstoles del Señor, como vínculo de unión con la Iglesia Católica y Apostólica de todos los tiempos y lugares y como prueba de su legitimidad en la única Iglesia de Jesucristo, a despecho de protestantes y católicos-romanos.
Quinto: La Reforma Protestante abolió el sacerdocio ministerial y proclamó el sacerdocio de todos los fieles.
- La reforma de la Iglesia inglesa, sin negar el sacerdocio de los fieles, por ser doctrina católica, mantuvo firmemente las tres 0rdenes del Ministerio sacerdotal: Obispos, presbíteros o sacerdotes, y diáconos.
Sexto: La Reforma Protestante abolió el sacramento de la Santa Eucaristía y la reemplazó por “ordenanzas”, es decir una “Santa cena o Cena del Señor”, que rechaza la presencia real de Cristo y solo pretende ser un “recuerdo” de la última cena del Señor y sus Apóstoles. El centro de sus iglesias es solamente la predicación de la Palabra.
- La reforma de la Iglesia inglesa mantuvo la celebración de la Santa Misa, Santa Comunión o Eucaristía, como central y esencial en la vida de la Iglesia, sosteniendo la presencia real sacramental de Cristo. Aún más, el Bienaventurado Tomás Crammer hizo ingentes esfuerzos para tratar que el pueblo cristiano acudiera a recibir la Sagrada Comunión del pan y vino lo más asiduamente posible. El anglicanismo rechaza las explicaciones que se dan sobre la presencia real como transubstanciación, consubstanciación, presencia espiritual, etc., afirmando que la presencia real del Señor en el Sacramento es una verdad que El no explicó.
Séptimo: La Reforma Protestante enseña que la Iglesia Católica es una corrupción de la verdadera Iglesia de Cristo, que, de acuerdo a Calvino, es invisible y está integrada únicamente por los elegidos que solamente Dios conoce.
- La reforma de la Iglesia inglesa sostiene que la Iglesia Católica es una comunidad visible de bautizados, quienes reciben la vida divina por medio de los sacramentos, administrados por sacerdotes debidamente ordenados por obispos en sucesión apostólica. (Artículo XIX).
Octavo: La Reforma Protestante niega que el bautismo en agua en nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo sea necesario para la salvación, y que sea el medio que Jesucristo estableció para la regeneración de los pecadores. Muchos protestantes niegan el bautismo a los niños.
- La reforma de la Iglesia inglesa sostiene que el Bautismo no es solamente “signo” de profesión e identificación de los cristianos, sino también sacramento de regeneración o renacimiento, por medio del cual los que lo reciben son injertados en la Iglesia, son adoptados como hijos de Dios y remitidos sus pecados; la fe es confirmada y la gracia aumentada. Asimismo, ordena conservar el bautismo de los niños por estar totalmente de acuerdo con la institución de Cristo. (Artículo XXVII).
Noveno: La Reforma Protestante sostiene que la salvación es un asunto individual de cada fiel con Dios, por medio de reconocer a Jesucristo como Salvador y Redentor “personal” y luego cada “salvado” se asocia con otros como lo estime conveniente, de ahí que sus “iglesias” son como clubes sociales y uno puede asociarse a la que quiera.
- La reforma inglesa y el anglicanismo, sostiene que la salvación es comunitaria y se da en la Iglesia, que es un organismo vivo, Cuerpo de Cristo, donde se es insertado por el bautismo, sacramento de regeneración, y se comparte la vida de la gracia por medio de la Palabra y la recepción de los sacramentos, en una dimensión vertical por la obra de Jesucristo y horizontal por la comunidad con los hermanos, como lo simboliza la cruz.
“De ahí, que dice el obispo anglicano, Monseñor Moss en su libro “Introducción a la Teología”, que es imposible contemporizar con el calvinismo. Su doctrina de la Iglesia, de los sacramentos y del ministerio es completamente contraria a la doctrina de la Iglesia Católica en todos los tiempos y formas. La noción de que la diferencia entre anglicanismo y calvinismo es meramente la forma de gobierno de la Iglesia es una equivocación profunda. Lo que es intolerable en el presbiterianismo –protestantismo en general – dice el Obispo - es su negación de que la Iglesia es visible, que el bautismo es necesario porque es el medio de regeneración y que el ministerio cristiano es sacerdocio.”
EL ENVIADO DEL PAPA LLEGA A LAS ISLAS BRITANICAS
Cuando el monje Agustín, al frente de su grupo de misioneros, pisó tierra inglesa en el año 603 D. C., una delegación enviada por la antigua Iglesia Británica salió a recibirlo, encabezada por su Abades y Obispos. Agustín explicó que había sido enviado por el Obispo de Roma para llevar a cabo la evangelización de Inglaterra, y que por lo tanto, la Iglesia Británica debía reconocerle como su autoridad suprema. La respuesta del Abad de Bangor-Iscoed ha sido conservada, y dice así: "Sea por usted sabido, y esto sin ambigüedad ninguna, que todos nosotros, en conjunto e individualmente, guardamos obediencia al obispo de Roma y a todo cristiano devoto y verdadero, para amar a cada uno según su orden, con perfecta caridad, y para ayudar a cada uno, a ser hijo de Dios de palabra y de hecho. Y no conocemos otra clase de obediencia que no sea ésta, a la cual tiene derecho el que llamáis Papa, ni tampoco que tenga título y derecho de ser Padre de padres. Y estamos dispuestos a concederle a él, y a todo cristiano, la clase de obediencia ya expresada. Más aún, estamos bajo la jurisdicción del Obispo de Caerlon-unpon-Usk, quien, bajo Dios, es nombrado para dirigirnos y hacernos guardar el sendero espiritual".
Esto demuestra que en aquello años la idea de la supremacía del Papa era una novedad en la Iglesia Británica.
CREACION DEL PAPADO
Los porfiados hechos prueban que el Papado fue una creación de la Edad Media. Un desarrollo fácil de trazar, destinado a proteger la Iglesia y a preservar la religión cristiana no cabe duda, pero desarrollo humano y no de origen divino.
Hacia el fin de la Edad Media, el Papado era lo que se dice “un hecho consumado”, es decir algo que se hace, para que más tarde, después de ya hecho, las razones lo respalden. Algunos piensan que fue, en cierto sentido, inevitable. Se sostiene qué es lo que hubiera sucedido a la Iglesia de Occidente, sin una fuerte y centralizada autoridad religiosa, dispuesta a luchar contra la autocracia social del feudalismo. Fue, en cierto sentido, una bendición, aunque no fuera una bendición del todo perfecta.
Pero al desaparecer el feudalismo medieval, y por lo tanto el peligro que trató de evitar, surge la pregunta de si el Papado no pasó a ser un anacronismo.
Es distinto pretender, que el Papado ha sido esencial a la vida de la Iglesia desde el principio, y que su necesidad temporal ha sobrevivido las condiciones que le dieron vida.
La Enciclopedia Católica (Tomo XII, pág. 262, artículo “Papa”), dice que, "la permanencia de ese oficio, es esencial para la vida misma de la Iglesia". Pero hubo períodos que mediaron entre la desaparición de algunos papas, y las elecciones de los papas sucesivos. Por ejemplo, el intervalo de tres años entre Clemente IV y Gregorio X. Durante el llamado Cisma de Avignon, que llegó a haber tres Papas que se excomulgaban unos a otros ¿Dónde estaba la Iglesia durante estos años? Si el oficio de Papa es esencial a la vida misma de la Iglesia, ¿por qué no cesó de existir la Iglesia, durante esos años al faltarle su elemento esencial? Si por otra parte, la Iglesia pudo sobrevivir años en ausencia de su propia “esencia”, ¿por qué no cien años, o un milenio, o mientras dure este mundo?.
En el mismo artículo (págs. 266 - 267) dice también la Enciclopedia, que los poderes extraordinarios del Papa son "inmediatos en carácter", y no son delegados a él por la Iglesia, es decir que los poderes pertenecen al Papa exclusivamente y no a la Iglesia. ¿En qué texto del Nuevo Testamento encontramos esa enseñanza?
Concediendo que las palabras de Cristo indicaran la supremacía de San Pedro sobre el resto de los Apóstoles, lo cual contradicen la mayoría de los antiguos Doctores de la Iglesia ; concediendo que Pedro fue Obispo de Roma, pretensión ésta que no progresó antes del año 1170; suponiendo que esta supremacía debía ser transmitida a sus sucesores en el oficio, y aceptando que los obispos de Roma pueden recibir tales poderes hereditarios , otra pregunta surge entonces, que es la siguiente: ¿Cómo pueden estos poderes ser transmitidos, poderes personales personalísimos, según se dice en derecho, cuando un nuevo Papa no puede ser elegido hasta que ha muerto su predecesor en el oficio?
La Iglesia no puede transmitirlos, puesto que la Iglesia nunca los tuvo; tampoco los Cardenales, puesto que jamás los han tenido y por lo tanto no los han recibido, tampoco el anterior Obispo de Roma puesto que ya está muerto.
Solamente puede efectuarse mediante un nuevo acto creador de la gracia divina, en cuyo caso no es bajo ninguna forma el privilegio de Pedro, sino un privilegio completamente nuevo concedido personalmente a cada uno de los Papas que vayan sentándose en el trono Papal. Es decir en cada elección de un nuevo Papa por los Cardenales, Dios hace un milagro extraordinario y entrega poderes especiales al elegido y estos poderes son para él y no para otro, y estos poderes están por encima de la Iglesia y constituyen así una nueva Revelación, que se acaba cuando él muere y tiene que volver a crearse otra vez, y así, sucesivamente, mientras exista la Iglesia de Roma como tal.
¿En qué parte de las Sagradas Escrituras se encuentra esta peregrina y audaz enseñanza?
No hay dudas que solamente es sustentada por el Romanismo, a despecho de la enseñanza del Evangelio y toda la original Tradición Católica.
Así, el mismo Papado corrompe el principio fundamental de la sucesión apostólica o sea, que puede transmitirse solamente aquello que se posee.
El Papado medieval, consolidó sus bases en la confluencia de cuatro líneas convergentes de desarrollo, las cuales vinieron a formar un solo factor poderoso, que sirvió: primeramente, para inyectar vida a la Iglesia, y, más tarde, para transformarse en una especie de grillo eclesiástico. Hubo otras influencias que ayudaron a lograr el fin deseado, pero las principales eran de carácter: político, social, militar y eclesiástico. Por estas cuatro líneas, la historia se fue desarrollando, de tropiezo en tropiezo, a lo largo de un camino tortuoso., hasta que vino a descubrir que tenía ante sí, una nueva institución creada inconscientemente por ella misma.
El Papado fue impuesto a la Iglesia, tanto por artificios y tramas de los clérigos, como por la fuerza de múltiples y diversas circunstancias.
EL LIBRO DE ORACION COMUN
Contiene normas y reglas obligatorias para todos los fieles, no solamente litúrgicas sino también de fe.
En cuestión de ritos y ceremonias el Libro de Oración Común es de estricta obligación y nadie puede usar en el culto público de la Iglesia, otros formularios que los que allí se encuentran. Sin embargo, la liturgia no exige uniformidad sino que es lo suficientemente flexible en el rito, para que cada comunidad cristiana pueda expresar su fe de la manera más adecuada a su idiosincrasia. Existe una liturgia autorizada para la celebración de la Eucaristía (con varias alternativas), pero el rito, salvo las rúbricas elementales expresadas, es variable de acuerdo a las preferencias del sacerdote oficiante y su comunidad, de tal manera que pueden usar la misma liturgia tanto el sector más tradicional como los carismáticos. Esto exige de parte del sacerdote gran preparación y conocimiento del rito a fin de no rebasar loslímites que el contexto litúrgico establece.
Sin el consentimiento expreso o tácito del Obispo, no se debe usar en el culto público otros himnos u oraciones fuera del Libro de Oración Común, pero ni el Obispos puede permitir lo que el Libro prohíbe, ni tampoco prohibir lo que el Libro autoriza.
ORIGEN DEL LIBRO DE ORACION COMUN
el 21 de Enero de 1549, el parlamento inglés aprobó una “Ley de Uniformidad”, por medio de la cual se exigió el uso de un Libro de Oración Común en inglés. Este Libro, obra del genio litúrgico del Arzobispo Crammer está considerado un clásico de la literatura inglesa. Estaba basado en los antiguos ritos en latín en el Breviario romano de 1535, publicado por el Cardenal Fernández de Quiñones, y la Consultación provisional del Arzobispo alemán Hermán von Wied, de tendencias luteranas, publicado en 1534.
En sus rasgos generales, sigue siendo el Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra.
Los protestantes extremistas extranjeros encabezados por Bucero de Estrasburgo, exiliados en Inglaterra a raíz del "Ínterin de Augsburgo" de 1548, pusieron el grito en el cielo: “el Libro es demasiado romanista”, dijeron, con fanático celo anticatólico. El resultado fue un segundo Libro de Oración en 1552 el cual prácticamente murió al nacer. Nunca fue publicado con la autoridad de la Iglesia y al año siguiente murió Eduardo VI dejando la corona, por derecho natural, a su hermana María Tudor, la única hija sobreviviente de Catalina de Aragón y Enrique VIII.
LA FE ANGLICANA
No existe ninguna fe anglicana ni nada que pueda parecérsele. La fe de la Iglesia hay que encontrarla en LA BIBLIA Y EL LIBRO DE ORACIÓN COMÚN. No obstante que los actuales Treinta y Nueve Artículos no tienen, en realidad, ningún valor normativo y vinculante como confesión de fe, y que algunos solamente reflejan "los puntos principales que fueron discutidos en aquel tiempo" , y por lo tanto esos temas ya no son relevantes en el cristianismo, es necesario estudiarlos por varias razones: 1ª Porque reflejan de una manera cristalina hasta qué punto quisieron los reformadores anglicanos conservar intacta la fe católica y apostólica recibida de sus mayores; 2ª. La veracidad en la afirmación anglicana de seguir siendo la misma y única Iglesia Católica en Inglaterra, en continuidad histórica y apostólica con la primitiva Iglesia de Cristo; 3ª.-. La pertinencia de los Artículos en cuanto atañe a la formación sobre la historia anglicana y la teología católico-reformada, para la consolidación de nuestra Iglesia Latinoamericana.
La grandeza del anglicanismo, como una expresión válida del cristianismo en Latinoamérica, es esa sabia combinación entre Catolicismo y reforma.
Quizás para un protestante inglés o norteamericano o para un anglicano de esos orígenes, es una tontería de nuestra parte insistir en los aspectos católicos de nuestra Iglesia, pero no es así para un latinoamericano cuyas raíces son y serán siempre católicas.
En nuestro Continente hay mucha gente que no quiere saber nada con la Iglesia "oficial", pero para quienes es inconcebible ser evangélicos o protestantes. El obispo de la Diócesis Episcopal del Ecuador, Mons. Adrián Cáceres, ya fallecido, en el Nº 2/82 de la Revista “La Iglesia", una Revista de divulgación cristiana editada en ese país, en 1982, escribía: " América Latina nunca será protestante." Y tiene plena razón, y por esto, nuestra Iglesia no tiene que vestirse con ropaje ajeno, sino ser fiel a sí misma para poder cumplir con su misión en nuestro Continente.
HISTORIA DEL CRISTIANISMO
Historia
La historia del cristianismo es difícil de separar de la de Europa occidental (y de varias otras culturas y regiones). En resumen, podemos notar la expansión inicial del cristianismo a través de la cuenca del Mediterráneo, su legalización bajo Constantino I el Grande y el establecimiento como religión oficial del Imperio Romano bajo Justiniano I; el desarrollo de antiguas comunidades minoritarias en Persia, India, y China; la conversión de varios reinos europeos; el Gran Cisma donde se separó el cristianismo ortodoxo de oriente del catolicismo romano (fechado convencionalmente en 1054); la pérdida del norte de África y el Medio Oriente a manos del Islam; la Reforma Protestantecon la publicación por parte de Martín Lutero de sus 95 tesis en 1517); expansión del cristianismo en las Américas, Oceanía, las Filipinas y Corea del Sur; la división del protestantismo en cientos de denominaciones destacando últimamente el rápido crecimiento del pentecostalismo y los evangélicos; y los debates modernos de la ciencia, criticismo bíblico y el feminismo
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